Cito sus propias palabras: "El liderazgo latino en los Estados Unidos es muy frágil, cuando elegimos algún funcionario se las pasa muy ocupado en sus quehaceres cotidianos y no vuelve jamás a darle la cara a aquellos que les ofrecieron el voto. Pero cuando vuelven las elecciones, un par de meses antes quiere hacer todo lo que no logró en cuatro años, y si pierde, tampoco acepta su derrota".
Justamente eso sucedió con los candidatos latinos en Paterson, sin contar con la fragmentación entre tantos caciques. Se puso de manifiesto el valor de la democracia, donde quien reune las condiciones, puede aspirar y el que logre la mayor cantidad de votos, es el que gana. Con estas líneas no buscamos hacer leña del árbol caído, sino tomar algunos ejemplos de funcionarios electos que conocen la razón de elegir y ser elegido.
En la conversación quise defender mi posición sobre la necesidad de ganar que tenían algunos de los candidatos latinos en Paterson, pero el amigo me interrumpió abruptamente: "Oye, hermano, no te ciegues. Los candidatos afroamericanos sacaron 28,982 votos en total y los hispanos se quedaron con 26,225. Quiénes tienen más votos? Indudablemente que los anglos; aunque los nuestros se peleen y sigan buscando el culpable, no van a cambiar los resultados. Recuerda que una carreta con siete bueyes debe halar más que una con cuatro."
Les confieso que en ese momento quise ser elocuente y le concedí la razón. Lo que sucedió fue, que el liderazgo afroamericano se concentró en recuperar el poder y lo lograron. Hay que seguir convenciendo nuestra gente para que salga a votar en los procesos venideros. Ahora lo que resta es empezar a trabajar unidos a ver si en los próximos cuatro años no hemos perdido los 26,225 votos que logramos.
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