PATERSON, NJ.- El juez estatal Greta Gooden Brown desestimó la acusación de una mujer, acusada desde diciembre del 2009 de haber asesinado a su hijo recién nacido, mientras se informó al mismo tiempo, que el fiscal auxiliar del condado, Robert Pringle, contepla la posibilidad de llevar el caso a un nuevo gran jurado.
El abogado de Keri Barry, que en ese entonces tenía 22 años, dijo que en breve tendrá en sus manos la prueba médica que demostrará que en la muerte del infante no hubo mano criminal, sino que nació muerto.
La mujer, que permanece en libertad con una fianza de 200,000 dólares, es acusada de asesinar a su hijo recién nacido, de dificultar su apresamiento y poner en pelibro la vida un menor. En el hospital, Barry había declara que tuvo un aborto involuntario, pero una semana después, la policía encontró el cuerpecito en una bolsa de basura en el patio de la casa, en Wayne.
Según la defensa, el fiscal actuó indebidamente al no cuestionar los miembros del jurado sobre lo que habían aprendido en el caso a través de los periódicos.
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