La excepción permite que un testimonio puede ser admitido como prueba en un juicio por razones de amenaza o intimidación al acusado si la persona que hizo la declaración no está disponible como testigo en la Corte por haber sido amenazada.
La Corte permite que se tome como evidencia dicho testimonio en contra del acusado que cometió una mala acción directa o indirectamente y la persona que no hizo el testimonio, por razones de amenazas, no asiste a la Corte como testigo. La disposición legal fue ordenada por la Corte Suprema en virtud a su decisión de 2009 en Estado v. Byrd.
Agregó que "es de tremenda importancia resaltar de esta norma, que servirá, en efecto, para permitir que los testigos mantengan la boca abierta que de otro modo pueden ser silenciados. También será muy importante en muchos otros tipos del proccesamientos, incluidos los casos de violencia doméstica. Felicito a la Corte Suprema de Justicia por hacer este cambio vital”.
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