Ana Pereyra
Corrían los años 80 y se destapó el boom de las orquestas femeninas, siendo las pioneras "Las Chicas del Can"; hoy recuerdo como en la voz de Miriam Crúz se escuchaba en todas las emisoras y a unísono en la población el merengue titulado "Ya que los hombres no pueden que gobiernen las mujeres".
Corrían los años 80 y se destapó el boom de las orquestas femeninas, siendo las pioneras "Las Chicas del Can"; hoy recuerdo como en la voz de Miriam Crúz se escuchaba en todas las emisoras y a unísono en la población el merengue titulado "Ya que los hombres no pueden que gobiernen las mujeres".
Aunque la canción se pegó y fue una chercha colosal, parecería que en ese momento simplemente nos alistáramos para lo que vendría tiempo después, donde las mujeres han demostrado que ya que los hombres no pueden, nosotras sí.
Para muestra todas las presidentas que nos gastamos en diferentes países del mundo, donde el sexo débil ha dado demostración, que no sólo puede llevar las riendas del hogar sino también las de una nación y hacerlo bien.
Ese mito de que la mujer sólo estaba condicionada por la sociedad para casarse, tener hijos y engordar, es cosa del pasado, ahora la fémina es tan o más preparada que el hombre y se ha comprobado que puede llevar la batuta de una nación y salir airosa. Hay que recordar el dicho popular que "detrás de un hombre triunfador, hay una mujer".
Para muestra, Violeta Chamorro en Guatemala; Cristina Fernández en Argentina; Delma Rousseff en Brasil; o Laura Chinchilla en Costa Rica, entre otras, que aunque no han sido presidentas, han tenido que tomar decisiones importantes y delicadas que podrían cambiar el curso de los destinos de una nación.
"La Dama de Hierro" Margaret Thatcher, Condoleezza Rice, Hillary Clinton, Piedad Córdoba, Rigoberta Menchú o Sonia Pierré, sin mencionar las anónimas, que solas han "sacado" sus hijos adelante, formando hombres y mujeres de bien, quizás esas sean más valorizadas porque han tenido que "guayar" la yuca para luchar contra las injusticias de la sociedad y salir adelante.
Nosotras en la República Dominicana también hemos tenido -y tenemos- mujeres valerosas, que aunque no han llegado a la Presidencia, tienen condiciones y méritos suficientes para desempeñar esa posición.
Milagros Ortíz Bosch fue la primera mujer dominicana en convertirse en vicepresidenta de la República Dominicana e interimente ocupó la Presidencia cuando el mandatario salía de viaje a otros países.
Ahora los vientos vuelven a soplar y a "coquetear" a la mujer para que ocupe la segunda magistratura de la nación. Nos parece que la escogencia de Margarita Cedeño de Fernández, al igual que la de Ortíz Bosch (en su momento) enaltece a la mujer, porque demuestra que nosotras somos algo más que un objeto sexual, más que casarnos, parir, llegar a la obesidad y "pelearnos" con los calores y trastornos de la menopausia.
Tenemos capacidad, sagacidad y con una mezcla de ingenuidad y malicia logramos siempre lo que nos proponemos; vencer todos los obstáculos y por ello (en este mes dedicado a la mujer) y a sabiendas de que este es nuestro momento, como dijera Miriam Crúz en su meringue: "Ya que los hombres no pueden, que gobiernen las mujeres".
*Ana Pereyra, periodista dominicana que reside en Nueva Jersey, miembro del CDP-NY.
*Ana Pereyra, periodista dominicana que reside en Nueva Jersey, miembro del CDP-NY.
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