Nueva York. 3-6-2012. La Junta Central Electoral en Nueva York y sus organismos afiliados, hicieron un papel desastroso en términos organizativos en el reciente certamen electoral. Esto ocasionó la abstención involuntaria de miles de dominicanos hábiles para votar.
No nos podemos explicar las razones que impidieron la organización efectiva del proceso electoral en esta demarcación geográfica, cuando la institución cuenta con los recursos financieros necesarios para tales fines, y ya tiene la experiencia de dos certámenes electores anteriores.
Esta desorganización de los organismos encargados de la logística y organización del proceso electoral se evidencia en los siguientes señalamientos.
1. El dislocamiento y cambio de último momento de un sinnúmero de mesas electorales y recintos de votación.
2. La asignación de votantes a mesas electorales a grandes distancias de sus viviendas
3. La entrega tardía de las valijas con los documentos para iniciar el proceso de votación. En su mayoría con una hora y media de retraso, lo que ocasionó que cientos de votantes no votaran, ya que fueron a primera hora a votar para luego seguir a sus lugares de trabajo.
4. La ausencia de letreros alrededor de los recintos de votación que indicaran y dirigieran a los ciudadanos dominicanos a los lugares de votación.
5. Y la ausencia de una campaña local que enseñara a los ciudadanos dominicanos el procedimiento para votar, especialmente en lo relacionado a las elecciones de diputados que por primera vez se realizara en ultramar, lo que ocasionó casi el 6% de votos nulos.
Soy testigo presencial de que esa oficina supervisó y contactó los recintos de votación y las autoridades locales de estos, faltando apenas una semana para el certamen, lo que revela una falta de planificación efectiva.
Los funcionarios de mesas nunca fueron informados que los recintos habían sido contratados hasta las 10 pm para que pudieran agilizar el cierre, lo que causó que decenas de mesas no pudieran concluir el escrutinio en dichos recintos, ya que fueron sacados de los locales.
Para “ponerle la tapa al pomo”, la JCE ubicó su centro de recepción de valijas en las instalaciones de un restaurante, cuya estructura y dimensión no facilitó la movilidad de las personas que iban a entregar las valijas, además de que decenas de mesas tuvieron que terminar el escrutinio en dicha instalación, lo que generó un caos y un desorden. Muchas personas salimos de allí después de las tres de la mañana del 21 de mayo.
Esto debe ser investigado a profundidad, y que se tomen los correctivos de lugar a fin de que en las próximas elecciones, en las cuales preveemos que se duplicará el número de empadronados en esta demarcación, tal desorganización sería inaceptable y podría provocar un caos.
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