Nuestra cultura latina es una de pasión. Los americanos siempre hablan de lo apasionado que son los latinos. Y por supuesto no es solo en el amor, si no en todo lo que hacemos. Una de las pasiones más pronunciadas es cuando ejercemos el derecho del voto, pero más aún cuando trabajamos en una campaña política.
Tenemos algo que nos divide y cuando otros lo ven desde afuera, se aprovechan y al mismo tiempo preguntan cómo es posible. Les diré que esto sucede mucho más entre los grupos de un mismo país latino.
Atreves de mi relación con los dominicanos, ecuatorianos, cubanos, peruanos, puertorriqueños, americanos y otros, encuentro que hay una división que no tiene sentido.
Las personas que militan en algún partido odian al que pertenece a su adversario, y dejan de ser amigos porque temen que si uno de sus dirigentes lo ven en confraternidad con personas del partido contrario, lo considerarán un traidor. Y esto es ridículo.
Lo peor del caso es que no importa cuál político gane, usualmente sufren ambos lados cuando ese político no hace el trabajo para el pueblo. Hay que aprender a separar la campaña de una amistad. Bajo ninguna circunstancia se debe perder una amistad porque está en el partido opuesto.
Los únicos que se benefician son los candidatos, quienes comulgan juntos, se abrazan a diario y hasta trabajan juntos después de la campaña. Tenemos que aprender a separar la política de nuestra vida personal. La pasión debe ser controlada y puesta en su sitio, dejarla en el dormitorio y no en la política.
Los líderes saben que la política es una ciencia y se trabaja con estrategia y con respeto. Por supuesto que muchas veces se utiliza la guerra sucia, pero nunca se debe herir en lo personal a un candidato. Como dicen por ahí, trata a los otros como tu quieres que te traten a ti.
Los latinos tenemos un poder inmenso en Norteamérica. Tenemos poder social, económico y poder en números. Lo que sucede es que no lo reconocemos, y a muchos tampoco les conviene que lo sepamos. Si nos organizáramos, nadie nos detendría para alcanzar las metas políticas que deseamos en este gran país.
Si estamos en lados opuestos durante una campaña, aseguremos juntarnos después del proceso y respetar las opiniones. Y si podemos trabajemos juntos después de la campaña.
Así que mi gente, a ponerse las pilas y a trabajar juntos para beneficio de todos, aunque algunos se opongan.
Si usted quiere hablar sobre este tema u otros, no dude en llamarme al 973-390-2926 o vía correo electrónico anibal@anibalalcantarajr.com
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