taca la del consulado, la cual estaba precedida por una gigantesca bandera de la nación dominicana, y desde la misma se escuchaba la música de Joel Cruz y su orquesta, además de que iban varias reinas del desfile y una joven haciendo el rol de “marchanta”, una tradicional figura de la cotidianidad dominicana. La “parada” se inició en la intersección de la avenida Grand Concourse y la calle 176, luego del corte de la cinta en cuya ceremonia participaron, además de Martínez; Rubén Díaz Jr., presidente de El Bronx; la presidenta del Concejo Municipal de Nueva York, Christine Quinn; el senador Adriano Espaillat, el concejal Ydanis Rodríguez; y Felipe Febles y Rosa Ayala, respectivos presidente y vicepresidenta de la Gran Parada Dominicana de El Bronx, Inc. La primera carroza en desfilar fue la de la legación consular dominicana y delante de la misma caminaba, saludando a miles de personas que se estaban detrás de barras de acero colocadas por la Policía como parte de la preservación del orden, se desplazaba el cónsul Martínez acompañado por su esposa Claribel Francisco de Martínez y sus hijos Ronniel, Roilan y Cristal; varios vicecónsules, funcionarios departamentales y empleados que agitaban la bandera dominicana en pequeñas astas de mano. El cónsul Martínez destacó la importancia de que se esparza la cultura dominicana a través de eventos como los desfiles, no solo entre los dominicanos que viven fuera de la patria, sino entre otros hispanos y miembros de otras razas. “Yo creo que debemos enfocarnos en aprovechar estos eventos que se dan bastante grandes y que congregan a un gran número de dominicanos para que sirvan de vehículos para promover nuestra cultura, los valores patrios y la dominicanidad”, precisó. “Es un medio que debe ser aprovechado, también, para que otras sociedades conozcan lo que es la República Dominicana, su cultura, desde las paradas, festivales o desfiles, es decir, que sean un espejo de las cosas buenas que tenemos los dominicanos”, subrayó. Desde una improvisada tarima colocada a varias cuadras desde donde partió el desfile, Martínez dijo que la ligera lluvia que caía “no es más que una bendición de Dios para alegrar más el ambiente y un estímulo para que las personas estén gritando y bailando más que nunca, celebrando la dominicanidad la víspera de un nuevo aniversario de la Restauración de la República.”
lunes, 29 de julio de 2013
Cónsul RD sugiere aprovechar desfiles para promover cultura y valores
NUEVA YORK.-El cónsul dominicano en Nueva York, Félix Antonio Martínez, encabezó junto a funcionarios electos el corte de la cinta que dejó iniciada la “Parada Dominicana” de El Bronx, y sugirió que los desfiles sean aprovechados para promover la cultura, los valores patrios y la dominicanidad en el exterior.
En la actividad desfilaron agrupaciones culturales, deportivas, religiosas y musicales, exponiéndose la identidad cultural dominicana, y deleitando a su paso a miles de espectadores que se colocaron a lo largo de la avenida Grand Concourse.
Entre las más de 100 carrozas, se des
taca la del consulado, la cual estaba precedida por una gigantesca bandera de la nación dominicana, y desde la misma se escuchaba la música de Joel Cruz y su orquesta, además de que iban varias reinas del desfile y una joven haciendo el rol de “marchanta”, una tradicional figura de la cotidianidad dominicana. La “parada” se inició en la intersección de la avenida Grand Concourse y la calle 176, luego del corte de la cinta en cuya ceremonia participaron, además de Martínez; Rubén Díaz Jr., presidente de El Bronx; la presidenta del Concejo Municipal de Nueva York, Christine Quinn; el senador Adriano Espaillat, el concejal Ydanis Rodríguez; y Felipe Febles y Rosa Ayala, respectivos presidente y vicepresidenta de la Gran Parada Dominicana de El Bronx, Inc. La primera carroza en desfilar fue la de la legación consular dominicana y delante de la misma caminaba, saludando a miles de personas que se estaban detrás de barras de acero colocadas por la Policía como parte de la preservación del orden, se desplazaba el cónsul Martínez acompañado por su esposa Claribel Francisco de Martínez y sus hijos Ronniel, Roilan y Cristal; varios vicecónsules, funcionarios departamentales y empleados que agitaban la bandera dominicana en pequeñas astas de mano. El cónsul Martínez destacó la importancia de que se esparza la cultura dominicana a través de eventos como los desfiles, no solo entre los dominicanos que viven fuera de la patria, sino entre otros hispanos y miembros de otras razas. “Yo creo que debemos enfocarnos en aprovechar estos eventos que se dan bastante grandes y que congregan a un gran número de dominicanos para que sirvan de vehículos para promover nuestra cultura, los valores patrios y la dominicanidad”, precisó. “Es un medio que debe ser aprovechado, también, para que otras sociedades conozcan lo que es la República Dominicana, su cultura, desde las paradas, festivales o desfiles, es decir, que sean un espejo de las cosas buenas que tenemos los dominicanos”, subrayó. Desde una improvisada tarima colocada a varias cuadras desde donde partió el desfile, Martínez dijo que la ligera lluvia que caía “no es más que una bendición de Dios para alegrar más el ambiente y un estímulo para que las personas estén gritando y bailando más que nunca, celebrando la dominicanidad la víspera de un nuevo aniversario de la Restauración de la República.”
taca la del consulado, la cual estaba precedida por una gigantesca bandera de la nación dominicana, y desde la misma se escuchaba la música de Joel Cruz y su orquesta, además de que iban varias reinas del desfile y una joven haciendo el rol de “marchanta”, una tradicional figura de la cotidianidad dominicana. La “parada” se inició en la intersección de la avenida Grand Concourse y la calle 176, luego del corte de la cinta en cuya ceremonia participaron, además de Martínez; Rubén Díaz Jr., presidente de El Bronx; la presidenta del Concejo Municipal de Nueva York, Christine Quinn; el senador Adriano Espaillat, el concejal Ydanis Rodríguez; y Felipe Febles y Rosa Ayala, respectivos presidente y vicepresidenta de la Gran Parada Dominicana de El Bronx, Inc. La primera carroza en desfilar fue la de la legación consular dominicana y delante de la misma caminaba, saludando a miles de personas que se estaban detrás de barras de acero colocadas por la Policía como parte de la preservación del orden, se desplazaba el cónsul Martínez acompañado por su esposa Claribel Francisco de Martínez y sus hijos Ronniel, Roilan y Cristal; varios vicecónsules, funcionarios departamentales y empleados que agitaban la bandera dominicana en pequeñas astas de mano. El cónsul Martínez destacó la importancia de que se esparza la cultura dominicana a través de eventos como los desfiles, no solo entre los dominicanos que viven fuera de la patria, sino entre otros hispanos y miembros de otras razas. “Yo creo que debemos enfocarnos en aprovechar estos eventos que se dan bastante grandes y que congregan a un gran número de dominicanos para que sirvan de vehículos para promover nuestra cultura, los valores patrios y la dominicanidad”, precisó. “Es un medio que debe ser aprovechado, también, para que otras sociedades conozcan lo que es la República Dominicana, su cultura, desde las paradas, festivales o desfiles, es decir, que sean un espejo de las cosas buenas que tenemos los dominicanos”, subrayó. Desde una improvisada tarima colocada a varias cuadras desde donde partió el desfile, Martínez dijo que la ligera lluvia que caía “no es más que una bendición de Dios para alegrar más el ambiente y un estímulo para que las personas estén gritando y bailando más que nunca, celebrando la dominicanidad la víspera de un nuevo aniversario de la Restauración de la República.”
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