sábado, 5 de mayo de 2012

Hipólito se pasó de la raya

Por Ana Pereyra
 “Tanto va el cántaro a la fuente hasta que se rompe”. Así dice un adagio  pueblerino, y es lo que le ha pasado al candidato del Partido Revolucionario Dominicano, Hipólito Mejía, pues tanta incoherencia terminó rompiendo la supuesta “magia” que ejercía al hablar en su forma atípica.
 Sus chistes se han convertido en ofensas, burlas  y humillaciones que rayan en lo ridículo; su lenguaje soez denota cierto desequilibrio mental, que pondría en peligro el país, si por azar llegara a ganar las próximas elecciones dominicanas.
 Que el Señor nos agarre confesaos, si por cierto descontento que hay en el país, la gente, sin medir consecuencias, vota blanco. A veces es mejor quedarse “con mas de lo mismo”, que con una persona que no sepa medir las consecuencias de sus palabras.
 Una persona que no tiene control  verbal es un cuchillo de doble filo, porque por mas atípico que sea y más “cherchoso”, todo el mundo merece respeto y consideración. No todos  tienen  la suerte de Mejía, de Gurabo a la Presidencia.
 Estoy segura que a las mujeres que trabajan en casas de familias les gustaría tener otra suerte, pero las injusticias y desigualdades sociales las colocaron en el bando opuesto a Mejía.
 Pero eso no le da derecho a ofenderlas, maltratarlas, humillarlas, vejarlas y acusarlas de ladronas de sobras en casas de los pudientes.
 Se le olvidó a Mejía que esas pobres mujeres que les dan pedazos de bistec  a sus “chulos” votan en las elecciones. ¡Ah y también los chulos ejercen el sufragio!
 Esas mujeres muchas veces víctimas de violencia doméstica  y abandonadas por sus maridos con un cuadro de muchachos, no tienen otra alternativa que emplearse en casas de “familias” ricas como la de Mejía para mantener a sus hijos.
 Ya nos imaginamos como serian vejadas las mujeres del servicio doméstico de la casa de Mejía, tal vez comen sobras y les pagan sus honorarios cuando a él le sale de los “forros” o está de chiste.
Pero no solo las empleadas domésticas han sufrido la artillería verbal del candidato “de la esperanza nacional”, sino que todo aquel que no esté de acuerdo con sus pronunciamientos también recibe su cuota. Solo debemos remontarnos a sus 4 años de mandato, donde a los periodistas los llamaba talibanes, babosos y decía improperios contra todos y todas.
 No tiene respeto ni por las leyes que quiere representar porque dizque  le duele el país. Total si modificó la constitución para su beneficio personal y optar por la reelección, ¿qué más se puede esperar?
 Cuando uno no se respeta así mismo  no puede hacerlo con los demás, por lo que muchas veces se entiende su falta de tacto y respeto hacia sus conciudadanos.
 Los chistes de Hipólito están cayendo muy “gordos” en la población, se han vuelto muy ofensivos y ello le resta votos y capacidad mental para gobernar. Hay que ver como terminó Bucaram, hay que definirse: somos humoristas o políticos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario