miércoles, 21 de agosto de 2013

El Terror Oculto de los dominicanos

Por Milton Olivo
Era más de la medianoche,  su terror era llegar a un semáforo y que estuviera en Rojo; para no tener que  detenerse,, la delincuencia  observa y sorprende, siempre decía.

La noche era lluviosa. Las aceras estaban decorada cada cuadra por bípedos implumes vestidos de vegetales. Con fusiles en manos, los estómagos vacio y la cabeza sabe Dios donde.

“Nosotros de yuca, con hambre, y salario de miserias; porque un grupito se lo ha robado, y lo peor que tenemos que protegerlos’ comentaba uno hace unos días, mientras me decía: -Jefe, que hay pa’  los refrescos-. 

Los charcos de agua  eran interminables; como la fortuna de los miembros del Comité Político del PLD.  

“Si usted no quiere a una mujer; déjela, pero NO LA MATE.    No sea usted pendejo, arruinándose su vida para nada. Y  arruinándosela a sus hijos, a su madre, si a la suya; pues usted termina o muerto o preso”.  Escuchaba en una ruidosa  guagua anunciadora de paso.

“Pero que se puede esperar de unos jueces que mandan archivar un expediente por robo, de uno que se ha robado más que todos los presos juntos que están en la victoria; vayan to’ pal carajo”;  decía hablando solo, o lo parecía, un individuo que me limpiaba el cristal  en un semáforo.

El desmontarme en un Colmado, en un grupo que jugaban domino, otro se lamentaba; “Todo es allante; ¿usted ha visto algún empresario o ingeniero sometido por emplear Haitianos ilegales? Verdad que no,,, bueno es para que usted vea si hay alguna lucha real contra la invasión pacífica de estos”.

¿Cuál estado y cuál patria? A ambos lo mataron juntos con Trujillo atinó a decirme un carnicero.
La única esperanza es una alianza de la que los  sectores productivos, de los que tienen el billete,  para impulsar los cambios que requiere el país; sobre todo el rescate de la justicia. Porque los de abajo ni se molestan en movilizarse; no se sabe si es por las frustraciones,  miedo,  falta de fe o que no creen en nadie ya?

Hay que incluir en los tribunales la figura del Jurado, donde estos califiquen  los hechos y los jueces impongan las penas según corresponda; para adecentar la justicia, expuso otro de los presentes dando un puño en el mostrador.

Afuera, el cielo estaba grumoso y oscuro. Anunciaba fuertes lluvias. Las calles estaban oscuras, húmedas y vacías. Lo árboles se movían en calma; sus ramas danzando al compas del viento. Mientras los militares observan indignados; la mayoría indecisos entre el deber o la justicia, ante tanta impunidad.

Al llegar a mi casa con algunos mandados en mano, siento el mismo panorama, hasta los árboles del parque se mueven al mismo compas, goteando el rocío; así como el pueblo  recibe el dolor. Y con coraje pienso en lo que puede suceder en este país si los de abajo nos uniéramos y enfrentáramos a tantas pirañas que aqui llamamos políticos?


El autor es presidente del Partido Quisqueya Potencia –PQP-

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