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Santo Domingo RD,- El reputado patólogo Sergio Sarita Valdez
reveló que las muertes que se producen en el país por el consumo de
estimulantes sexuales en los hombres y por cirugías estéticas en las mujeres se
han convertido en una verdadera epidemia.
Sarita Valdez explicó que cuando a Patología llega el
cadáver de un hombre que murió súbitamente en su cama o en un motel,
inmediatamente se averigua si ha consumido algún estimulante sexual.
Agregó que los hombres dominicanos en su mayoría
desconocen que cuando consumen un estimulante sexual, el efecto que provoca en
su órgano genital es el mismo que se produce en su corazón y su cerebro.
Entrevistado por Héctor Herrera Cabral en el programa
D´AGENDA que cada domingo se difunde por Telesistema Canal 11, el facultativo
lamentó que las autoridades correspondientes no hayan reglamentado la
publicidad masiva de estimulantes sexuales en los medios de comunicación a toda
hora del día.
“Hay una epidemia por muertes de cirugías estéticas en
mujeres principalmente jóvenes, y por consumo de estimulantes sexuales en
hombres” lamentó el reconocido médico patólogo.
Sarita Valdez recordó que en el año 2000, los mayores
consumidores de estimulantes sexuales eran adultos y ancianos, es decir hombres
cuyas edades oscilaban entre los 50, 60 y 70 años.
Sin embargo dijo que en la actualidad los mayores
consumidores de esos fármacos son adolescentes y jóvenes que por sus edades no
tienen necesidad de los mismos, más que no sea entrar en una peligrosa moda, la
cual es influenciada por la publicidad indiscriminada.
Dijo que a quienes la ingesta de estimulante no les
provoca la muerte, va produciendo una secuela devastadora en su sistema
cerebrovascular que en muchas ocasiones le ocasiona lesiones permanentes.
Con respeto a las cirugías estéticas explicó que las
mismas muchas veces la realizan personas con poca capacidad para realizar ese
trabajo, y casi siempre las víctimas son jovencitas que quieren adaptar su
cuerpo a los patrones que el mercado sexual exige.
Calificó como penoso y alarmante las mutilaciones que se
le practican a esas muchachas, cuyas secuelas si no le provocan la muerte, las
marcan para el resto de su vida.
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