martes, 13 de enero de 2015

A Fondo

Por Rolando Hernández
"Sin la duda no hay progreso", afirmó en una ocasión el filósofo Séneca.  Sin lugar a dudas, esta expresión podría resumir la destacable y meritoria carrera deportiva del hoy Salón de la Fama de Cooperstown, Pedro Martínez.

Lo más trascendente de Martínez, es que desde la línea de pobreza se levantó como el Ave Fénix para lograr  un espacio en el exigente mundo del béisbol organizado en la Unión Americana.
Por encima de las adversidades económicas y sociales, el beisbolista  a base de ingentes esfuerzos y calidad  se  forjó un espacio en el competitivo mundo del béisbol profesional.

"Eso  era el resultado de la negatividad que me rodeaba, la gente diciéndome. No, no puedes, cuando yo sabía que sí podía. Eso me transformó la mente y el cuerpo", afirmó luego de su elección al salón de los inmortales.
La elección de Martínez no solo es un orgullo para los dominicanos, sino para todas las naciones, en especial para las que tienen el béisbol como un entretenimiento nacional.

"Que no me vean a  mi como el premio, sino  que vean como lo hice; mi mamá, lavando y planchando en casas de familia,  nos  crió con fe", resaltó sobre las dificultades que tuvo que  superar para lograr el éxito en su carrera  como beisbolista. 
Pedro Martínez con su exaltación a Cooperstown el venidero mes de julio se convertirá en el segundo dominicano en llegar al Salón de la Fama luego de la elección de Juan Marichal en 1983.

Pedro Martínez en datos
En su 18 temporadas en el béisbol organizado de Estados Unidos, Pedro Martínez, ganó 219 y perdió 100 juegos. 
Acumuló una efectividad de 2.93, con 3,154 ponches y otorgó 760 bases por bolas.
El beisbolista ganó tres Cy Young,  uno con Montreal en 1997 y dos con Boston entre 1999 y 2000. Jugó para los equipos:   Los Dodgers de los Angeles, Expos de Montreal, Medias Rojas de Boston, Filis de Filadelfia y Metz de Nueva York.

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