lunes, 26 de enero de 2015

Madre se desangra, su hijo se metió a político

Por Ana Pereyra
Los políticos son iguales que unas marionetas, se han convertido en un cáncer que está acabando con la humanidad y lo peor que le puede suceder a una madre es, que su hijo se “meta” a político.

Son más falsos que una moneda, bailan más que un trompo y se comportan como cualquier prostituta, pero no vende su “servicio” a cualquier cliente, vende su dignidad, la fe, la esperanza y la confianza  que los electores ponen en ellos.

Se han convertido en una desgracia mundial, es un germen que día a día se va carcomiendo el mundo, son unos charlatanes, perversos, ladrones y quedamos cortos.
Saltan de un partido a otro, como un mono de una rama a otra, solo ven sus conveniencias y las de sus bolsillos, y el pueblo esperando un milagro, un Mesías que le resuelva las necesidades básicas, como educación, salud y vivienda.
Con razón, decían nuestros abuelos, “el que cree en político, no cree en Dios”, y así es, en tiempo de campana prometen, prometen… y si te descuidas, hasta donde dicen Cirilo.

Son tantas las canciones y escritos que se han escrito a los políticos, pero  nos quedamos cortos, ellos son más mentirosos, más fríos y perversos de lo que nos imaginamos, son una verdadera lacra social, que como el cáncer van matando una a una la esperanza de los pueblos.

Que vergüenza! para una madre es tener que decir mi hijo es un político, eso huele a saqueo, deshonra y promesas incumplidas.

Vamos a meterlos todos en un saco, para sacar uno, que aunque sea malo, perverso, ladrón, maquiavélico, falto de escrúpulos, manipulador del hambre y la desigualdad social, por lo menos es uno solo y no los miles y miles que están regados por el  mundo.

Son tan malos que se cubren las espaldas entre ellos mismos, tapan sus faltas, sus desfalcos a la cosa pública, pero lo peor es  que somos nosotros los  ingenuos, olvidadizos y pendejos que creemos en sus discursos de mala muerte y sin consciencia, y con el estómago vacío los elegimos.

Que sufrimiento el de esa madre, tener que aguantar tanto dolor por su hijo “metido” a político, una carrera, donde con poco tiempo se asciende y te hace millonario como por arte de magia.

Pobre madre! Con tanta ilusión tuvo en su vientre a esa criatura durante nueve meses, pensando que iba a ser el predestinado y se convirtió en un político.

Cuantos insultos ha tenido que aguantar, cada vez que esos políticos las embarran. Lo primero es que le llaman puta, cuando para dirigirse a sus hijos les vociferan “oye lo que dijo o hizo ese hijo e’ puta”, que culpa tienen las madres de que sus hijos se “metan” a políticos, Ah! Se me olvidaba decirles, al que le sirva la camisa que se la ponga.

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