Por Marcelino Cabrera
New York, EEUU.- Miles de jóvenes se esfuerzan cada día en
esta ciudad para dejar atrás la imagen tan asociada a bodegas, taxis y negocios
de comida rápida de los dominicanos residentes en Estados Unidos.
Actualmente, cerca de 25,000 estudiantes dominicanos se están formando en la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY, por su sigla en inglés), especialmente en el City College de esta ciudad estadounidense, el apéndice más antiguo de la academia.
Actualmente, cerca de 25,000 estudiantes dominicanos se están formando en la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY, por su sigla en inglés), especialmente en el City College de esta ciudad estadounidense, el apéndice más antiguo de la academia.
Este centro de estudios superiores acoge especialmente a las personas excluidas o sin recursos para pagar universidades privadas. La mayoría de los estudiantes criollos cursan diversas carreras con becas o con cuotas por matriculación ajustadas a sus reducidos ingresos.
Ramona Hernández, directora del Instituto de Estudios Dominicano de CUNY y profesora de Sociología, precisa que la cantidad de estudiantes criollos en esa academia equivalen a uno de cada dos latinos matriculados.
La educadora reveló que las carreras preferidas por los estudiantes dominicanos son sicología, sociología, administración de empresas, ingeniería, enfermería, medicina, derecho e informática. “Lo que yo más admiro es el ahínco de los dominicanos de salir adelante. Pese a la barrera del idioma para los que son inmigrantes, muchos logran superarla”, añadió.
Hernández elogió la disciplina y responsabilidad de los alumnos criollos, ya que muchos estudian y trabajan, pero cumplen siempre con las tareas asignadas y logran graduarse. “Tenemos que recordar que la mayoría de los estudiantes dominicanos vienen de hogares donde sus padres no completaron la escuela elemental. Sin embargo, ellos se gradúan de la escuela superior y van a la universidad, son aplicados”, puntualizó.
La socióloga indicó que las principales lagunas que observa en los jóvenes dominicanos son similares a las de estudiantes de otros países de América Latina, a lo que se añade el choque de dos culturas diferentes y la barrera del idioma. “Aquí también enfatizamos en las ciencias duras, en nuestros países hay una tendencia a enfatizar en humanidades y ciencias sociales, entonces ahí hay otra disparidad, no es que nuestras gentes sepan menos, sino dos maneras diferentes de ver las cosas”, explicó.
Confiesa que incluso a ella le costó mucho aprender que en Estados Unidos no podía decir nosotros, sino yo. “Yo vine con la tradición de decir nosotros creemos, nosotros pensamos, y aquí se dice yo creo, yo pienso”.
Hernández resaltó que la matriculación de CUNY es la más económica de todas las universidades públicas de Estados Unidos, pero aún así se les hace difícil pagar esa cuota a muchos dominicanos, a quienes benefician con becas y otro tipo de asistencia.
CUNY es un consorcio de once universidades, seis community colleges, una escuela de posgrado que otorga doctorados, una escuela de periodismo, una escuela de derecho y la Escuela Sophie Davis de Educación Biomédica.
Más de 450,000 estudiantes de educación adulta, continua, profesional y conducente a un grado están matriculados en sus campus ubicados en los cinco distritos de Nueva York. (( Los jóvenes dominicanos cuentan que la barrera del idioma y el choque con una cultura más desarrollada han sido los principales escollos para adaptarse.
Los estudiantes
Jóvenes dominicanos en esta academia están inmersos en diversos planes de estudios, luego de superar los escollos de esos primeros años en el sistema educativo estadounidense.
Litsy Barreto, tiene 19 años y llegó cuando tenía diez a Estados Unidos. Aquí estudia ingeniería mecánica y paga una cuota de alrededor de 2,500 dólares por cuatrimestre. “Al principio fue difícil porque no entendía el idioma, pero después ya yendo a la escuela comencé a aprender inglés y después se me hizo bien fácil”, indicó.
La joven estudiante considera que, en comparación con el sistema educativo dominicano, en Norteamérica recibe una educación más rigurosa y de mayor calidad en sentido general. “En Santo Domingo estaba en una escuela pública, y recuerdo que mi profesor me hablaba de división, adición y culebras (ríe)”.
Mientras, Juan Matías, de 18 años, oriundo de
Santiago y con dos años en territorio estadounidense, reveló que estudia
ciencias de computación en City College, donde lo más difícil al principio fue
también manejar el idioma y el proceso de transición a una sociedad más
desarrollada que la dominicana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario