POR: ALFONSO
CHARDY
Familiares
que viven en el sur de Florida están posiblemente detrás de una nueva tendencia
migratoria peligrosa en el Caribe: el contrabando de inmigrantes haitianos
indocumentados desde la República Dominicana a Puerto Rico, según dijo en Miami
el miércoles un alto funcionario del Servicio de Guardacostas de los Estados
Unidos.
“Lo
nuevo que está ocurriendo [con el flujo de inmigrantes haitianos] es en el
estrecho de la Mona, entre la República Dominicana y Puerto Rico, y está siendo
alimentado, pensamos, por el dinero de familiares que probablemente, quizá casi
con toda seguridad, viven aquí en el sur de la Florida”, dijo el
contraalmirante William D. Baumgartner, comandante del Séptimo Distrito del
Guardacostas en Miami.
“En
febrero comenzamos a ver este contrabando de haitianos y los contrabandistas de
inmigrantes están cobrando entre $1,500 y $2,000 porpersona, que probablemente paguen los
familiares que están aquí”, agregó.
La
nueva ruta fue mencionada por primera vez por los funcionarios del Servicio de
Guardacostas a principios del año, pero las declaraciones de Baumgartner son
las primeras que vinculan directamente el contrabando a posibles pagos a traficantes
dominicanos por parte de familiares de haitianos indocumentados en el sur de la
Florida.
Baumgartner
habló durante una reunión de una hora de duración con la junta editorial del
Miami Herald, en la que se discutió el flujo creciente de inmigrantes indocumentados
haitianos y otros temas como los balseros cubanos. En este sentido, el
contraalmirante señaló que el Servicio de Guardacostas no ha detectado ninguna
evidencia de un éxodo de isleños por mar.
El
mejor patrullaje también ha reducido el número de inmigrantes cubanos
indocumentados que intentan llegar al sur de la Florida directamente desde Cuba
a través del Estrecho de la Florida, señaló Baumgartner.
Cifras
del Guardacostas muestran que 705 inmigrantes cubanos han sido interceptados en
el Estrecho de la Florida desde el 1ro de octubre, en comparación con 937 en el
mismo período del año pasado.
La mayor parte de los inmigrantes cubanos indocumentados viene ahora a través
de la frontera con México.
El
comandante del Servicio de Guardacostas reiteró en repetidas ocasiones los
peligros de la nueva ruta que utilizan los inmigrantes haitianos e instó a
disuadir a los familiares en el sur de la Florida para que no caigan en las
promesas de contrabandistas.
“[Los
inmigrantes] van en botes caseros que pueden transportar entre 30 a 100
migrantes hacinados en cada bote y que por ello son altamente inestables y se
vuelcan fácilmente”, dijo. “Estamos preocupados porque es sólo cuestión de
tiempo antes de que se pierdan decenas de vidas. El mar es bastante picado en
el estrecho de la Mona. Cuando estos barcos
pierden velocidad al acercarse a la costa tienden a perder el control”.
Baumgartner
dijo que funcionarios de la guardia costera han registrado entre 900 y 1,000
inmigrantes haitianos intentando cruzar el estrecho de la Mona desde el 1ro de
febrero. Eso constituye un aumento dramático, ya que en los últimos ocho años
el Servicio de Guardacostas detectó sólo 188 haitianos en el cruce.
Baumgartner
describió a los contrabandistas involucrados en la empresa como criminales
despiadados. “No tienen ninguna preocupación por las personas que transportan
de contrabando”, dijo. “Ya hemos visto cómo obligan a las personas a echarse al
agua y les ordenan nadar hasta la orilla y muchos de ellos no
saben nadar. Si creen que van a ser arrestados tiran a los inmigrantes al
agua”.
Los
haitianos comenzaron a utilizar la ruta a través del estrecho de la Mona
después que se dieron cuenta de que el incremento en el patrullaje de los
escampavias del Servicio de Guardacostas han hecho extremadamente difícil
llegar al sur de la Florida en un bote directamente desde Haití.
Baumgartner
también mencionó que el próximo miércoles se retira después de 33 años en el
servicio. Su primera patrulla con la guardia costera fue en el Estrecho de la
Florida como alférez en el escampavias Dependable en 1980 cuando tenía 21 años.
El contraalmirante tiene hoy 54 años.
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