"¿Nombre
completo?" Le preguntaron a Lady desde la otra línea de una empresa de
transporte terrestre para reservar un tiquete desde Bogotá hacia Santa Marta,
en el norte de Colombia.
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Ella, que se
había preparado para pronunciar su nuevo nombre, meditó por unos segundos la
respuesta y dijo con seguridad:
-"Abc"-
respondió- "Def… Hij… Opq… Uvt".
-¿Disculpe? –
le preguntó confundida la joven que la atendía al otro lado de la línea que
pensó que le estaban jugando una broma-. ¿Me lo puede deletrear por favor?
-Mi nombre
A-B-C-D-E-F-G… H-I-J-K-L-M-N… y los apellidos O-P-Q-R-S-T… U-V-W-X-Y-Z.
Lady lo dijo
con la seriedad del caso, sin la intención de burlarse de nadie: desde febrero
de 2013 sus nombres y apellidos ante las oficinas de registro de personas de la
República de Colombia son, una detrás de la otra, las 26 letras del alfabeto.
"Siempre
me estaban clasificando con letras: que LGTB, que HC (hardcore), BDSM, entonces
quise que mi nombre significara que yo soy todo eso, pero a la vez soy
nada", le dijo a BBC Mundo ABCDEFG, quien antes de su cambio era conocida
como Ladyzunga.
Un nombre de
fantasía, elegido por esta artista de performance, DJ y diseñadora, de carácter
explosivo y con gusto por provocar y romper convenciones.
Esa explosión de carácter se nota al hablar con ella:
estuvo a punto de cortar la entrevista para esta nota dos veces, después de dos
preguntas para aclarar puntos sobre su historia.
"Las
cosas son como a mí me gustan… yo siempre sentí que el nombre que me habían
puesto mis padres no me representaba. Como que se parecía a todos los
nombres", añadió.
Sus
performances buscar causar reacciones en los asistentes a sus eventos.
El de ahora,
en cambio, cumple con un requisito: no tener un género reconocible. No ser de
hombre, ni de mujer: una declaración de principios que Ladyzunga se propuso
hacer.
Regresando a Popayán
ABCDEFG nació
en Popayán, una apacible ciudad ubicada sobre las montañas del suroccidente de
Colombia, en 1978.
Aunque se
gradúo de diseño gráfico en la Universidad del Cauca, su verdadera vocación
eran las artes plásticas.
Por esa razón
viajó a Bogotá y comenzó a realizar performances donde la música -ecléctica,
extraña, estruendosa- era la protagonista.
"Con el
tiempo me di cuenta que quería cambiar mi nombre. Durante todo 2012 reflexioné
bien el tema y decidí que lo iba a hacer", explicó ABCDEFG.
"Primero pensé en que fuera una grosería, algo que
hiciera reaccionar a la gente cuando lo leyera. Pero me di cuenta a la vez que nadie lo iba a pronunciar,
así que pensé en otras cosas, hasta llegar al abecedario", recordó.
Durante una
presentación artística en Cali -la tercera ciudad del país- en diciembre de
2012, decidió que viajaría a su natal Popayán que estaba a solo a dos horas de
allí para proceder con el cambio.
Un cambio de
nombre famoso: Deportivo Independiente Medellín Giraldo Zuluaga.
"Me
habían dicho que era un procedimiento que duraba cinco días y costaba 45.000
pesos (unos US$20)", recordó. Pues a ella le duró 90 días y varios pesos más.
Derecho a la identidad
Desde 1851,
los colombianos tienen el derecho a cambiarse el nombre y los apellidos, si no
les gusta el que le pusieron sus padres o los que les tocan por línea familiar.
Y el Código
Civil, aprobado en 1970, estableció el procedimiento adecuado para realizarlo.
"El
cambio del nombre en Colombia está enmarcado dentro del derecho constitucional
a la identidad, que es algo que copiamos de la constitución chilena, que a su
vez lo tomó del derecho romano", le dijo a BBC Mundo la abogada Catalina
Cardozo, profesora de derecho civil de la Universidad de Medellín.
"Esa es
una de las herencias de Andrés Bello -uno de los próceres de la idependencia en
América del Sur-, por eso la compartimos con países cercanos como Perú,
Venezuela y Chile", añadió.
Cardozo
también describió cómo es el procedimiento: solicitar el cambio ante una
notaría, pagar el dinero correspondiente y recibir una escritura pública cinco
días hábiles después.
En Colombia
el caso más famoso de cambio de nombre fue el de un hincha que se puso el
nombre de su equipo. Desde hace diez años se llama Deportivo Independiente
Medellín Giraldo Zuluaga.
"Lo que
sí hay que tener claro es que solo se puede hacer una sola vez en la
vida", concluyó la abogada.
Primero quería llamarse "Soy una puta", pero
comprendió que nadie la iba a llamar así.
Con toda esta
información, Ladyzunga llegó a Popayán el 31 de diciembre de 2012 a convertirse
en ABCDEFG.
Negación
La artista se
dirigió a la notaría segunda de Popayán, donde la habían registrado, para
proceder con el cambio de nombre.
"Me
dijeron que sí, que por supuesto, pero apenas les dije el nombre que quería
estuvieron dando vueltas, hasta que me dijeron que no podían hacerlo",
recordó ABCDEFG.
Y añadió: "Yo sabía que tenía el derecho de hacerlo.
Ellos me decían que tenían
que consultarlo con la Registraduría, pero yo sabía que la notaría tenía la
autonomía para hacer esa vuelta, pero no la hicieron".
Así estuvo
varios meses. En su ciudad natal, de acuerdo a su relato, no obtuvo respuesta.
Después viajó a Bogotá, donde se dirigió a otra notaría
cerca de su casa y tampoco: "Me dijeron que no conocían a nadie con el
apellido OPQRST".
A los tres
meses se encontró con la notaría 59 de Bogotá.
"No
hicieron preguntas. Simplemente me pidieron que hiciera una declaración, firmé
un par de documentos, pagué y a los cinco días fui a recoger las
escrituras".
Cédula nueva, problemas nuevos
Cada cambio,
trae nuevas costumbres. Por supuesto la joven que la atendía ese día para el
tiquete del bus le colgó y después tuvo que hablar con un supervisor para que
le creyeran.
La intención
de ABCDEFG con sus acciones es la de rebelarse contra el sistema.
"Yo no
era mucho de utilizar documentos, pero ahora que tengo una sociedad como una de
las dueñas de un restaurante, me ha tocado hacerlo", dijo.
Pero no le
preocupa el tema. "Ahora más que una performance, cada vez que
interactúo con alguien acerca de mi nombre el momento se transforma en unhappening, una
experiencia artística diferente. Y eso me parece interesante", explicó.
Su objetivo
es perfeccionar sus presentaciones musicales y artísticas, pero sobre todo,
usar su nuevo nombre como una muestra de rebeldía con el sistema.
"Soy
todo y nada. No me gustan que me clasifiquen. Yo no hice esto para ganar fama o
que me entrevistaran. Yo hice esto para rebelarme contra el sistema que nos
quiere a todos clonados", dijo.
La pregunta final, por supuesto, es por la cédula que
todos quieren ver.
"Yo le
envío unas fotos escaneadas que tengo, porque la que me dieron en la
Registraduría ya la boté".
Un llamado de BBC Mundo al registro en cuestión confirma
las versiones de Ladyzunga: allí figura el que quedará, sin duda, como el más
curioso cambio de nombre que se ha visto en Colombia hasta la fecha.
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