En
pleno siglo XXI, decretos islámicos emitidos
por los Musulmanes y los salafistas restringen de
una forma absurda y extremista los derechos y facultades de las mujeres.
Algunas fetuas, es decir,
pronunciamientos legales en el Islam emitidos por un especialista en ley
religiosa, apuntan a que las mujeres que nadan en el
mar están cometiendo "adulterio" incluso si usan el hijab.
Argumentan que el mar es en árabe un término de género masculino y que cuando
el agua toca las partes íntimas de la mujer, esta se convierte en
"adúltera" y por lo tanto debe ser castigada.
"Algunas de estas
fetuas también prohíben a las mujeres comer ciertos alimentos e incluso tocar
pepinos o plátanos" por
su forma fálica, indica un informe elaborado por la Universidad de al-Azhar en
Egipto según recoge RT.com.
Las fetuas emitidas por
ambos grupos "consideran a las mujeres criaturas extrañas creadas
exclusivamente para el sexo", destaca la publicación. Sus
voces, miradas y presencia fuera del hogar son una "ofensa", agrega.
Y, según el estudio, también "es inaceptable que una mujer encienda el
aire acondicionado en casa si su marido no está allí". Otro decreto
declara que un matrimonio puede quedar anulado si el marido y la mujer copulan
sin ropa.
La publicación incluye un
decreto islámico que autoriza el uso de mujeres y niños como escudos humanos en
manifestaciones y protestas violentas.
Pero no todas las fetuas propuestas por clérigos musulmanes son restrictivas,
pues también han exigido la promulgación de una ley que permitiera a las
mujeres divorciadas "poseer esclavos", presumiblemente para
apoyarlas, ya que no cuentan con un hombre a su lado.
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