En 30 años
los humanos tendrán que competir con los robots por los puestos de trabajo,
incluso por medio de implantes que permitan parecerse más a las máquinas,
sugiere un estudio, según el cual quienes modifiquen más su cuerpo saldrán
ganando.
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Un empleado ordinario tendrá la vista cansada de estar todo el tiempo frente a pantallas, cinturas más anchas por la falta de ejercicio y genitales más pequeños que ahora, debido a la falta de tiempo para mantener relaciones sexuales. En cambio, los implantes biónicos permitirán a los humanos desarrollar sus características naturales acercándose a los robots. En particular los implantes de oído en vez de 'smartphones', chips de seguridad en nuestros dedos o implantes biónicos para mejorar la capacidad de pensar y la tenacidad por un lado, o para moverse tan rápido como las máquinas por otro.
Más y más empleados trabajarán desde su casa para empresas internacionales, adaptando sus jornadas laborales a los horarios de las mayores económías del mundo como la de China. También tendrán que dominar, aparte de inglés, los idiomas mandarín, hindi, español y portugués.
En cualquier caso, en el año 2040 no todos los empleos podrán ser cubiertos por los robots, persistiendo la necesidad de la interacción humana para generar nuevas ideas o resolver problemas complejos, algo que, por ahora, solo los seres humanos pueden hacer. Según el estudio, el empleado que quiera resultar indispensable en 2040 tendrá que dedicarse a la seguridad web, el desarrollo de software, la construcción de robots y la cirugía.
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