Por Luis Fernández
NUEVA YORK.-
Con sorpresa, estupor y espanto reaccionaron algunas personas al conocer la
nueva ley que aprobó Estados Unidos para recaudar fondos de sus ciudadanos que
residen en otros países.
La nueva
disposición de la Ley de Cumplimiento Fiscal de Cuentas Extranjeras (FATCA, por
sus siglas en inglés) entrará en vigor el primero de julio próximo y pretende
captar unos 7.6 billones de dólares en diez años.
La misma
incluye a los residentes legales en Estados Unidos que posean bienes muebles e
inmuebles y dinero en bancos y entidades financieras del resto del mundo.
Los bancos y
entidades financieras que no se acojan al acuerdo intergubernamental estarán
sujetos a pagar el 30 por ciento de impuesto en sus transacciones originadas en
EE.UU.
Estados
Unidos ya ha recibido el visto bueno de algunos países ante esta nueva
legislación que Alemania rechaza.
Según han
publicado algunos medios, por medio de la FATCA el Gobierno norteamericano
obligará a los bancos y entidades financieras del mundo a que reporten los
activos que tengan sus ciudadanos que residen en otros países.
Además, los bancos que operan fuera de Estados Unidos
deben informar al gobierno norteamericano todos los movimientos financieros que
realizan sus ciudadanos.
"Esto no
puede ser. Esto es un abuso. Yo no creo que el gobierno de Obama pretenda hacer
una cosa así", fueron algunas de las expresiones vertidas aquí por
diferentes ciudadanos.
El ciudadano norteamericano (y el residente legal o
poseedor de la "green card) que no se acoja a la nueva disposición tendrá
que negar el ingreso de clientes estadounidenses a sus empresas.
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