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En 2013
Hernández, de 58 años, se enteró de esta noticia cuando se jubiló del servicio
público y solicitó un pasaporte para viajar. Luego solicitó la naturalización, pero el Departamento de
Seguridad Nacional se la negó. Ahora sus abogados temen que la agencia presente
cargos criminales por presentarse falsamente como ciudadano estadounidense.
La revelación se produjo sólo después que el Sr.
Hernández y su esposa, Bonita, comenzaron a planear un viaje para celebrar su
reciente retiro de la Oficina de Prisiones , después de 22 años. Los dos se
habían asentado en un crucero por el Caribe , lo que habría sido la primera vez
que el Sr. Hernández fuera del país desde que llegó en 1965 como refugiado
cubano .
"Pensé que era un ciudadano - Siempre he estado
orgulloso de ser un ciudadano", dijo Hernández, padre de dos hijos
adultos, un ingeniero que es un veterano de la guerra de Afganistán. "Esto
realmente se me ha metido en la cabeza."
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